DIAMANTE NATURAL VS DIAMANTE LAB-GROWN

En la actualidad existe mucha polémica respecto al uso de diamantes lab- grown o diamantes naturales.

Desde siempre, al diamante, le han surgido muchas alternativas: las circonitas, los zafiros blancos, las espinelas blancas… Pero todas ellas han sido consideradas imitaciones o no estaban a la altura. Sin embargo, a día de hoy se ha extendido una nueva opción al diamante natural. Se trata del diamante de laboratorio.

En este blog te explicamos qué es un diamante natural y uno de laboratorio, cómo se forman y en qué se diferencian. También te exponemos porqué nosotros, desde Brown&Blonde seguiremos trabajando con diamante natural. 

¿Qué es un diamante natural? 

Un diamante natural está hecho de carbono y se considera el elemento de la naturaleza más duro del mundo.

Los diamantes naturales se crean a 165 kilómetros bajo Tierra a unas temperaturas y presiones altísimas. Su proceso de formación es muy largo, puede durar billones de años. Estos diamantes logran llegar a la superficie gracias a la actividad volcánica, en un viaje de más de 75 millones de años.

¿Qué es un diamante sintético o de laboratorio? 

Un diamante lab-grown (o de crecimiento en laboratorio) son diamantes sintetizados por la actividad humana.

Principales diferencias entre un diamante natural vs un diamante de laboratorio o sintético son:

 

El precio

Los precios de los diamante lab-grown siempre son más económicos que los naturales.

La sostenibilidad

A priori, el diamante de laboratorio se posiciona como diamante sostenible gracias a muy buenas campañas de marketing. Sin embargo, vale la pena profundizar bien en este tema. Y es que:

  1. Para producir un diamante de laboratorio con la técnica Hp HT se necesita una cantidad enorme de energía, imagínate, es la misma que necesita un diamante natural durante billones de años.
  2. Si se sintetiza con el otro método, el CVD, se consume la energía equivalente a la que requiere una casa durante un mes

Se dice que esa gran cantidad de energía se obtiene de energías renovables.

Por su parte, el diamante natural consume una gran cantidad de agua para extraer el diamante de su roca madre: la kimberlita. Sin embargo, esta agua se recicla y se reutiliza constantemente. Además, el compromiso de las empresas mineras a día de hoy es altísimo y su impacto está regulado de forma que cada año sea menor.

Sin embargo, más allá de la sostenibilidad ambiental, la industria del diamante natural está comprometida con la sostenibilidad y dignificación social de los países de origen como Botsuana, Namibia y Sudáfrica. Países que gracias a la extracción de esta gema, gozan de unas buenas condiciones laborales, han podido acceder a la educación y sanidad pública en un 80% de los hogares y tienen acceso a agua limpia y electricidad en el 90% de las casas. 

Es decir, los diamantes naturales ayudan al crecimiento y desarrollo socioeconómico de estos países y son su principal fuente económica.

Y es aquí donde entra con fuerza el diamante sintético, puesto que la producción en masa abaratará el precio del diamante lab-grown, un diamante de igual apariencia que el natural y que es muy atractivo para las empresas de bisutería.

Esto también nos hace reflexionar sobre otro tema: ¿qué valor van a conservar estos diamantes sintéticos en el tiempo?

En este sentido, también entra juego hablar de la perdurabilidad del objeto artístico en sí: el gozo.  El diamante natural siempre se ha utilizado en joyería por su belleza, sus propiedades ópticas y su dureza..  

Una vez el artista o el orfebre, diseña y crea una joya, ésta es una pieza para siempre. Y su valor artístico va muy ligado también a la utilización de los materiales que ha utilizado. Es decir, materiales perdurables como los metales nobles (oro y platino) y los diamantes naturales. Estos materiales siempre tendrán un valor mayor, y el crecimiento de su valor (regulado por el mercado) es exponencial. El valor de esta obra de arte, la joya, crece año tras año.

¿Por qué en Brown&Blonde trabajamos con diamantes naturales y no de laboratorio?

Para nosotros cada prenda es única, está hecha de manera artesanal, con todo el cuidado y el tiempo del mundo… No nos sentimos cómodos a día de hoy creando nuestras piezas con diamantes sintéticos, producidos en masa.  

La joyería es sinónimo de emoción, de amor, de tradición familiar, de legado… ¿Está a la altura un anillo con un diamante en serie sintetizado por el hombre de un sentimiento tan noble y único como el de nuestro amor a la hora de pedir compromiso? ¿Qué sentido tiene ofrecer una joya con un diamante de laboratorio más allá de su estética?

Un diamante cuenta una historia y unos valores. También, tu historia y valores. 

Por otra parte, en lo que se refiere al debate sobre la sostenibilidad, somos muy conscientes de las comunidades que viven y dependen del diamante natural en todo el mundo, por eso llevamos años trabajando para ofrecerte y trazar el origen de nuestros diamantes.

Gracias a la industria del diamante, diversos países han mejorado las condiciones socioeconómicas del país y el bienestar de sus ciudadanos.
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